sonoioylustrado
productos varios (o la sorpresa hasta que me aburra)
jueves, 8 de agosto de 2013
miércoles, 24 de julio de 2013
jueves, 30 de mayo de 2013
por los ilustradores argentinos... pa´empezar
mural en C.A.B.A., Oliden y Echeandía, "Merienda en el Bosque" de Nancy Brajer, por Eskultura Social
domingo, 20 de enero de 2013
sábado, 19 de enero de 2013
jueves, 17 de enero de 2013
miércoles, 16 de enero de 2013
martes, 8 de enero de 2013
domingo, 6 de enero de 2013
viernes, 4 de enero de 2013
jueves, 3 de enero de 2013
martes, 18 de diciembre de 2012
miércoles, 12 de diciembre de 2012
viernes, 23 de noviembre de 2012
miércoles, 21 de noviembre de 2012
viernes, 2 de noviembre de 2012
miércoles, 31 de octubre de 2012
martes, 30 de octubre de 2012
miércoles, 24 de octubre de 2012
Ulises o algunas razones para el nomadismo
de curatoría forense
Sabrás entonces lo que las Itacas significan.
Ulises. Konstatinos Kavafis
Ulises. Konstatinos Kavafis
Ulises era un marinero idiota. Su vida
completa estuvo perdida en un mar que –ahora y para nosotros- es un mar
pequeño. Su travesía es sólo una anécdota más de una persona común. Una
anécdota destinada al olvido, vencida por la indistinción de la
cotidianidad. Alea jacta est.
Pero su vida es una cuestión de la
literatura; es un marinero que organiza y excede las vidas de los
marineros de su época. Que organiza y excede nuestras vidas porque esa
anécdota, trágica en su terquedad y ridícula en su esfuerzo inútil,
estableció parámetros culturales incluso para aquellos que olvidaron o
nunca conocieron su nombre.
Porque tras cada nombre y cada palabra está oculta toda la organización del mundo.
No existen problemas simples sino relaciones distraídas. Ignorarla lo
corrobora. Invocarla no la conjura. Accionándola sabemos las condiciones
que nos hicieron sujetos. Lo que no es poco.
Y, como en el arte, las cosas y los nombres tienen el valor de la pregunta que los interroga.
Todo permanece oculto para quien mira con complacencia. El poder
(hacer) es mecánico cuando se ejerce sobre el mismo objeto. Y en tiempos
de autómatas es preciso demostrar que somos humanos.
Los griegos inventaron el mundo,
bromeaba Rodrigo Petkovic y nos dejaron a nosotros el problema. Su
habilidad de perseguir signos, de hipotetizar el presente, de desconfiar
de lo evidente es lo que hoy llamamos cultura. Ese ejercicio terrible de sentirse otro hace posible lo otro. Es una vulnerabilidad que activa la complejidad del mundo ante nosotros.
O quizás Ulises es Colón, quien por buscar una cosa encontró una mayor.
O quizás Ulises es esa sorpresa inicial del que desembarca en el
indicio de lo otro, de lo incomprensible, de lo que nos acecha tras los
órdenes que hemos forjado para nuestra seguridad y nuestro beneficio.
Porque detenerse es retirarse.
O quizás porque Ulises es los Indios
Caribes que –más que una tribu- eran un sistema de relación e
intercambio, de viajes y asentamientos en el que asumían como propias
las costumbres de los otros, contaminándose mutuamente con su lenguaje y
sus costumbres, obligados a la exogamia que exige a los parentescos y las herencias a negociaciones políticas donde el cuerpo es objeto de deseo y estrategia.
O simplemente porque viajar es lidiar contra uno mismo, ponerse a prueba, saberse provisorio y endeble. Porque quizás viajar es partir en busca de cómplices para otros viajes más arriesgados, más imprevisibles e inciertos, para enfrentar los demonios por los que fuimos educados para quedarnos, para evitar las dudas y acallar las sospechas.
Porque cada uno tiene su Ulises. Porque
cada uno de ellos es indivisible de nuestras decisiones, porque cada uno
es estadísticamente probable y a veces sólo lo llevamos a cabo.
Porque Ulises banales, intrépidos o razonabilistas enfrentan el mismo básico problema y lo resuelven dentro de un rango previsto; pero con respuestas inaugurales.
Como el Ulises de Joyce con su deriva palabrística, insignificante y significadora, casi inmóvil. Un viaje es saber que es posible lo que imaginamos en condiciones impensadas. Viajar es ajustar el entendimiento y la voluntad, forzarlos en sus capacidades, sobrexigirlos.
Viajar es la acción de abandonarse uno
mismo en el puerto y hacer posible el deseo de regresar un poco más uno,
un poco más otro.
Jorge Sepúlveda T. Curador Independiente |
Ilze Petroni Investigadora de Arte |
jueves, 18 de octubre de 2012
jueves, 20 de septiembre de 2012
sobre el "Che"...
aquí algunos trabajos
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